La vejez no es solamente una cuestión física, es también, antes que nada, un estado de ánimo. Sufrimos en la sociedad un culto a la infancia y a la juventud. La subjetividad humana funciona entorno al ideal de ser joven, ser guapo, ser muy eficiente, etc.; olvidando que el tiempo pasa para todos igualmente. Mito y realidad a veces se confunden. Para comprender el concepto en toda su amplitud hay que mirar a la Historia, a las mentalidades y a la organización sociopolítica y religiosa de los pueblos más relevantes a través de los tiempos. Determinados elementos se dan al mismo tiempo en distintas épocas y en distintos grupos humanos, y estos pueden ser interpretados por el hombre contemporáneo de formas radicalmente diversas; y también de formas similares pese a la distancia que pueda existir entre los grupos humanos, tanto si lo consideramos desde un punto de vista cronológico como geográfico. El lugar que han ocupado los años finales de la vida humana, la “